LONDRES. Cuando aún perdura la confusión sobre el perfil y los antecedentes de los dos autores del brutal asesinato del soldado británico en plena calle de Londres, los investigadores de Scotland Yard apresaron a un hombre y a una mujer, ambos de 29 años. En un intento por tranquilizar a la población que se vio conmovida por el episodio, y también buscando evitar represalias raciales, las autoridades desplegaron 1.200 agentes adicionales en lugares clave de la ciudad.
El primer ministro británico, David Cameron, adjudicó nuevamente el episodio al “terrorismo”, e hizo un llamado a la unidad de toda la población. “La gente que hizo esto trataba de dividirnos. Tienen que saber que algo así sólo va unirnos y hacernos más fuertes. Derrotaremos al extremismo violento si nos mantenemos juntos”, sostuvo.
Los dos nuevos detenidos fueron interrogados en una comisaría al sur de la capital británica como sospechosos de conspirar para cometer el crimen del soldado Lee Rigby, de 25 años y padre de un chico de 2 años. Los agresores, de 22 y 28 años de raza negra, se hallan en distintos hospitales en condiciones estables, ya que fueron heridos por la policía cuando los arrestó, minutos después del asesinato.
Si bien ambos atacantes dijeron que ultimaron a Rigby en venganza por la matanza de musulmanes en países como Irak y Afganistán, aún reina mucho desconcierto alrededor del caso. Después de apuñalarlo y degollarlo, se quedaron en el lugar a esperar a la policía.
En un video de un transeúnte se puede ver a uno de ellos ensangrentado y con una enorme cuchilla de carnicero en la mano. “La única razón por la que hemos hecho esto es porque hay musulmanes muriendo cada día”. Pese a ello, las autoridades no saben cómo encuadrarlos. Por ahora consideran que se trata de individuos aislados, adoctrinados en foros de Internet, con un gran deseo de publicidad y con rasgos de fanatismo y cierta marginación.
El más grande de ellos, Michael Aldebolajo, nació en 1984 en Lambeth, al sur de Londres, en una familia cristiana de origen nigeriano. Se crió en un suburbio popular junto a dos hermanos, un varón y una mujer. Estudió en una escuela de Essex y luego ingresó a la universidad de Greenwich. Sus compañeros lo recuerdan como un adolescente normal, que usaban zapatillas de marca, jugaba al fútbol, era hincha del Tottenham y tomaba cerveza. Comenzó a cambiar cuando se convirtió al islamismo. Sus padres se mudaron para tratar de alejarlo de sectores fanatizados, pero no lo lograron. Los servicios británicos lo habían investigado, aunque luego lo descartaron porque no lo consideraban peligroso.
Mientras los investigadores tratan de definir el perfil de los atacantes, la población sigue conmocionada. Muchos llevaron flores al lugar donde mataron al soldado. Rigby era miembro del II Batallón del Regimiento Real de Fusileros, y actualmente trabajaba en el equipo de reclutamiento en Londres. Había prestado servicio en tres países, entre ellos Afganistán.